
Cien años de historia, mil historias por contar

La residencia Universitaria de Zaragoza
Paseo Ruiseñores (1924-1936)
La Residencia de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza comenzó su actividad en el curso 1924-1925, siendo inaugurada oficialmente el 26 de febrero de 1925, en un acto presidido por el rey Alfonso XIII, como parte de las celebraciones del Día de la Universidad. Su primer director fue Miguel Allué (1924-1927), seguido por Carlos Riba García (1929-1936). La gestión del centro estaba regulada por un patronato definido en 1923, compuesto por representantes del claustro universitario y presidido por el rector. El director, designado por este, debía residir en el edificio.
La residencia se ubicó en el Paseo de Ruiseñores 23, y contaba con tres plantas. Disponía de 37 plazas, distribuidas entre dormitorios y espacios de aseo, así como diversas dependencias como sala de visitas, comedor, biblioteca, capilla, salón de actos y un aula de idiomas. Para fomentar el bienestar y la vida comunitaria, se incluyeron instalaciones deportivas como campos de fútbol y tenis, frontón, gimnasio y piscina.
Además de su función residencial, la institución promovió una intensa vida cultural y social, ofreciendo actividades dirigidas tanto a sus residentes como a estudiantes y antiguos alumnos que visitaban Zaragoza. La Residencia desempeñó un papel central en la vida universitaria hasta el estallido de la Guerra Civil, momento en que fue clausurada. No retomó su funcionamiento hasta 1939.

El Cerbuna en Gran vía
La segunda sede (1939-1942)
La Guerra Civil supuso el fin de la etapa fundacional del Colegio Mayor Pedro Cerbuna. Tras la reanudación de la actividad universitaria en septiembre de 1939, un decreto de 1942 confirmó oficialmente la existencia del colegio, situándolo entre los centros universitarios reconocidos por el Estado.
La nueva sede, ubicada en el actual Paseo Fernando el Católico nº 2, contaba con cuatro plantas que alojaban a unos cien estudiantes. En esta etapa, el Cerbuna se distinguió por su intensa vida intelectual y cultural. Se organizaron tertulias literarias y musicales, con la participación de figuras destacadas como Gerardo Diego, Carmen Conde o José María Pemán. De las actividades musicales surgió un coro de más de sesenta colegiales.
Además, se celebraron recitales, conciertos y premios literarios para universitarios españoles e hispanoamericanos. El colegio mantuvo colaboraciones con medios como El Noticiero y Heraldo de Aragón. En el curso 1945-1946 se fundó la Revista del Cerbuna, centrada en cultura, sociedad y deporte.
Durante estos años también se planteó la creación de una asociación de antiguos colegiales, con el fin de mantener vínculos entre generaciones y fomentar la participación activa en el desarrollo del colegio.

Campus de San Francisco
Años cincuenta (50´s)
En el curso 1950-1951, comenzó la construcción de la nueva y definitiva sede del Cerbuna en la Ciudad Universitaria del Campus de San Francisco, frente a las antiguas instalaciones de la Sociedad Hípica Militar. El 22 de abril de 1951 se inauguró su actual emplazamiento por el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín.
El director por esos años fue el catedrático de Derecho Político, Nicolás Ramiro Rico, quién impregnó un profundo cambio en el estilo del Colegio, y que sustituyó a Solano tras las protestas de los colegiales. Este periodo se caracterizó por la liberalización y flexibilidad en el mando.
Desde 1957 hasta 1964, ocupó el cargo de director el catedrático de Farmacología, Pascual López Lorenzo, desarrollando durante estos años un amplio abanico de actividades, destacando sobre todo, las musicales:
Grupos como “Los Panchos” (1955); “Los Cow-Boys” (1956); “Los Húsares del Emperador” (1957); “El Quinteto Cerbuna” (1958) o el montaje colectivo de la parodia musical titulada “Tragicomedia de la Paca o el que la sigue, la mata”.


Los años de la armonía
Años sesenta (60´s)
Durante los años 60, el Colegio Mayor Pedro Cerbuna fue hogar de numerosos estudiantes latinoamericanos, especialmente de Perú y Colombia, muchos cursando Medicina. La vida en el colegio era alegre y tranquila, aunque con limitaciones económicas. Los estudiantes frecuentaban bares modestos como “El Viejo Paraguas” y “La Cochera”, mientras que locales más exclusivos, como “Las Vegas”, se reservaban para ocasiones especiales o residentes con mayor poder adquisitivo.
A mediados de la década, el impacto de los movimientos sociales internacionales llegó al colegio, generando una creciente agitación. Bajo la dirección de Celso Gutiérrez Losa (1965-1971), la armonía inicial se transformó en demandas de participación y cambio, influenciadas por eventos como el Mayo del 68.
El colegio vivió varias reformas: se abrió un bar en el sótano junto al gimnasio, se acondicionó una sala de música sobre el comedor, se renovaron habitaciones y se modernizó el salón de actos. En 1968 se creó la Asociación de Antiguos Colegiales para mantener el vínculo entre generaciones.
Además, en 1966 debutó oficialmente la Tuna del Cerbuna durante la Fiesta de Santo Tomás de Aquino. Surgida de manera espontánea tras meses de ensayos, la Tuna se convirtió en un símbolo cultural y de identidad universitaria para el colegio.

En busca de la democracia
Años setenta (70´s)
Durante estos años, las actividades culturales, deportivas y recreativas fueron intensas y apasionadas. Se organizaron conferencias y coloquios que abordaban temas políticos y de oposición al Régimen, además de recitales de canciones protesta de artistas como José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell y “La Bullonera”. El teatro y la revista mural satírica “La Carraca” reflejaron el descontento y la disconformidad, sirviendo como vehículos de protesta.
La “Muestra de Pintura Aragonesa Actual” exhibió obras de destacados artistas como José Beulas, José Luis Cano, Antonio Saura y Pablo Serrano. El Cineclub se inauguró el 15 de noviembre de 1973 con la película “Al este del Edén” de Elia Kazan. La Sección de Papiroflexia, coordinada por Eduardo Gálvez Laguarta, destacó notablemente, al igual que la Sección de Fotografía, que alcanzó gran prestigio nacional.
Se mejoraron las instalaciones con la creación de apartamentos para profesores, el traslado del bar del sótano a su ubicación actual y la instalación del autoservicio en el comedor.
Durante la dirección de José Luis Viviente Mateu (1974-1981), catedrático de Geometría Diferencial, destacó la actividad del “Sanedrín” o Consejo Colegial, un órgano que fomentaba la participación estudiantil. Este consejo incluía al Equipo de Dirección, presidentes de academias, representantes de promociones y grupos de actividades como biblioteca, teatro, música, fotografía, cine y deportes.

Participación y reformas: la Transición
Años ochenta (80´s)
Inició un nuevo periodo bajo la dirección del catedrático de Filosofía Joaquín Lomba Fuentes (1981-1983), durante el cual se redactó un borrador para unos estatutos más participativos. Lomba destacó en sus “Memorias” que la primera condición fue que el director dejara de ser designado exclusivamente por el rector, y en su lugar fuera elegido directamente por el propio Colegio mediante votación.
A partir de entonces, los Consejos Colegiales ganaron relevancia, convirtiéndose en órganos decisivos donde se definían actividades culturales, normativas, reformas del edificio, admisiones y sanciones. Durante este periodo, se consolidaron los nuevos estatutos del Colegio.
A finales de los 80, el comedor sufrió cambios importantes: se reemplazó al personal propio por una empresa de restauración y se abrió el servicio a todo el colectivo universitario, incluyendo a las colegialas del Colegio Santa Isabel. El comedor se reformó y casi duplicó su espacio, permitiendo aislar el autoservicio y construir un nuevo comedor para el servicio, además de acondicionar locales para almacén de víveres.
Entre 1984 y 1989, el director fue Esteban Varela Mateos, catedrático de Derecho Romano. En 1988, el Equipo Rectoral aprobó la conversión del Colegio en mixto, y desde entonces, las novatadas fueron prohibidas.


Consolidación, cultura y evolución
Años noventa (90´s)
Desde el inicio de los años 90, el Colegio Mayor Pedro Cerbuna ya era mixto. Aunque se esperaba una gran llegada de chicas para el curso 1988-89, solo dos jóvenes se atrevieron a vivir en el Cerbuna ese año. Sin embargo, al curso siguiente fueron 22, y la presencia femenina fue aumentando progresivamente en los años siguientes.
Los nuevos estatutos se aprobaron en 1991 bajo la dirección de Manuel Calvo (1989-1995), profesor de Filosofía del Derecho. Le sucedieron Fernando López Ramón (1995-1997), profesor de Derecho Administrativo, y Ángel Pueyo (1997-1999), profesor de Geografía.
En 1999 se celebró el 75 aniversario del Colegio con actos organizados en colaboración con la Asociación de Antiguos Colegiales.
El Colegio seguía siendo una institución querida tanto por cerbunos como cerbunas y mantenía un papel destacado en la vida cultural de Zaragoza. Durante este periodo, se impulsaron las actividades culturales: la consolidación del Cineclub, la organización de concursos (Zerburock, fotografía, literatura), recitales y conferencias, que convirtieron al Colegio en un referente cultural universitario y local.
En el salón de actos pasaron figuras como Javier Bardem, Verónica Forqué, Álex Angulo, Cayetana Guillén Cuervo, Marcelino Camacho y Julio Llamazares. Las actividades deportivas y recreativas internas mantuvieron una alta participación.

Entre la tradición y el cambio
Años dos mil (2000)
Durante las dos primeras décadas del siglo XXI, el Colegio mantuvo su compromiso con las actividades culturales, artísticas, deportivas, solidarias y el Cineclub. Entre 2000 y 2018, la dirección estuvo a cargo de José Luis Múzquiz Moracho, catedrático de la Facultad de Veterinaria.
En marzo de 2020, la pandemia de la covid-19 obligó al Gobierno español a decretar el confinamiento y suspender las clases presenciales, lo que provocó el cierre temporal del Colegio. Con el tiempo, se recuperó la presencialidad, aunque bajo estrictos protocolos sanitarios que pusieron a prueba la capacidad de adaptación de la comunidad colegial. Poco a poco, la vida diaria retomó su curso habitual.
De 2018 a 2021, Enrique García y Sandra Vázquez, docentes del departamento de Ciencias de la Educación, compartieron la dirección del Colegio. Sandra fue la primera mujer en ocupar este cargo. Desde el curso 2021-2022, la dirección pasó a Natalia Sobradiel, profesora de la Facultad de Educación.
Actualmente, el director es Francisco Ruiz Pérez, Técnico en Comunicación de la Universidad de Zaragoza, convirtiéndose en el primer miembro del Personal de Administración y Servicios (PAS) en dirigir el Cerbuna. Esta etapa continúa marcada por el dinamismo cultural y el compromiso con la convivencia universitaria.

Actividades Culturales del Cerbuna
Vida Cultural
El Colegio se ha distinguido, a lo largo de su historia, por ser uno de los focos socioculturales más activos, no solo de la Universidad de Zaragoza, sino también de la ciudad. Aunque la meta principal de los estudiantes es finalizar sus estudios y acceder al mundo laboral, la vida colegial ofrece un entorno ideal para desarrollar iniciativas, participación y responsabilidad, mediante actividades culturales, lúdicas y deportivas.
Desde finales de los años 70, el Cerbuna ya contaba con una emisora clandestina que emitía por las noches. La biblioteca empezó a recibir publicaciones como Triunfo, Andalán y Cuadernos para el Diálogo, y en la sala de música se escuchaban discos de folk, rock y blues. Entre las actividades más destacadas figuraban las Tertulias Musicales y Literarias.
En 1945 nació la revista Cerbuna, que, tras un paréntesis, se mantiene vigente bajo el nombre de Patio Interior. La vida cultural ha crecido constantemente, con concursos literarios, fotográficos, de ajedrez, música o monólogos; además de conferencias, cine, teatro, recitales, cursillos y eventos sociales.
Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de subdirecciones, adjuntías, la Asociación de Antiguos Colegiales, el Área de Cultura universitaria y los propios residentes.


Actividades Culturales del Cerbuna
Vida Cultural
El deporte ha sido, en todas las épocas, una de las actividades más tradicionales y participativas del Colegio. Además de los habituales Campeonatos Internos, el colegio compite en el “Trofeo Rector”, que ha ganado en varias ocasiones. En 1997 obtuvo por primera vez el Trofeo Rector femenino. También se organizan excursiones y salidas a la nieve, fomentando la convivencia y el ocio activo.
El teatro ocupa también un lugar destacado. En los años 70 se formó un grupo que representaba obras durante el acto de apertura de curso, parodiando momentos clave de la vida colegial. A finales de los 90, este grupo tomó carácter permanente. Desde entonces, existen dos agrupaciones teatrales que participan en la Muestra de Teatro Universitario y presentan un musical al finalizar cada curso.
En 1999 nació el concurso de música universitaria ZerbuRock, organizado por el Área de Cultura de la Universidad, cuyo ganador accede al Certamen Interuniversitario del G9. Otros certámenes como GastroMusic, UltraStar y Acústico permiten a los residentes mostrar sus habilidades artísticas. La tuna también mantiene viva la tradición musical del Colegio.
Completan la vida colegial las gymkanas, capeas, fiestas de bienvenida como la espuma, salidas al Casco, fiestas de disfraces y otras celebraciones que surgen a lo largo del curso.

El cineclub del Cerbuna
50 aniversario
El Cineclub Cerbuna es uno de los pilares culturales del Colegio Mayor y un referente dentro del ámbito universitario y de la ciudad de Zaragoza. Surgido en los años 70, inicialmente ofrecía proyecciones los sábados por la noche exclusivamente para los colegiales, mientras que los domingos por la tarde estaban reservados para acudir con sus parejas.
El 15 de noviembre de 1973, el Cineclub abrió sus puertas al público en el salón de actos del Colegio. Desde entonces, ha enriquecido la oferta cinematográfica zaragozana mediante reestrenos y cine de autor, con una cuidada selección a cargo de una comisión formada por residentes.
En el curso 2023-2024 se celebró el 50 aniversario del Cineclub con una programación especial que resumía cinco décadas de historia cinematográfica en Zaragoza. Se organizaron seis sesiones destacadas, incluyendo el reestreno de Al este del Edén (1955), la primera película proyectada en el Cineclub.
El aniversario incluyó también la presentación de un cortometraje dirigido por las hermanas Labordeta, la presentación de un libro sobre música y cine, y un emotivo acto conmemorativo. Esta celebración reafirmó el papel del Cineclub como un espacio clave para la difusión cultural y el amor por el cine en el entorno universitario.

Asociación de Antiguos Colegiales
50 aniversario
Ya en los años 40 surgió la necesidad de institucionalizar los vínculos con los antiguos colegiales que, una vez finalizada su carrera, seguían en contacto con el Colegio. Compartían sus experiencias con los residentes y eran conocidos cariñosamente como “Macabeos”.
Aunque la idea se gestó durante años, no se materializó hasta el 27 de marzo de 1969. En junio de ese año se celebró la primera asamblea de la Asociación de Antiguos Colegiales y en octubre fue reconocida oficialmente por el Gobierno Civil.
Desde entonces, la Asociación ha promovido numerosas actividades: conferencias, encuentros, concursos, viajes y asambleas anuales. Ha destacado especialmente por su apoyo a los estudiantes a través de becas y orientación profesional.
Las vivencias y recuerdos de cerbunos y cerbunas se recopilaron en dos volúmenes titulados Historias del Cerbuna, editados en 1996 y 2017. En ellos se recogen crónicas, reflexiones y anécdotas en distintos estilos, reflejo del espíritu colegial.
En 2019, la Asociación celebró su 50 aniversario con un emotivo acto en el que se reconoció el papel fundamental de directores, presidentes, juntas, becarios, personal y colegiales de todas las épocas, cuya entrega ha construido la historia viva del Cerbuna.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible esta exposición: colaboradores, visitantes, actuales y antiguos colegiales. Cada imagen, cada recuerdo compartido, es reflejo de un legado vivo que seguimos construyendo entre todos. Gracias por sumar vuestra mirada, vuestro tiempo y vuestra historia a este homenaje colectivo.